De mono a Incrustáceo

miércoles, 30 de septiembre de 2009

La llamada (no es una historia de terror, ni mucho menos)

Un charco de llanto en el suelo dejó en evidencia la emoción del "Karateca" Vallejos, un jugador de Racing de los años 90. Desde que sonó el teléfono, su rostro fue una seguidilla de gotas.
La familia, su esposa y niño, lo miraban sin salir del asombro. Ellos no podían decir nada, era de no creer verlo al K-rate-K llorar con esa intensidad, se imaginaban una tragedia, entonces no interrumpían, solamente lo observaban.
Pasaron cinco minutos de la primera lágrima, y el morrudo ex defensor que tenía la academia, cuelga el teléfono y grita: "era el boludo Julian Weich, el nuevo Julian Weich".
Por la condición social limitada de los Vallejos, saltaron de alegría, pero todavía estaba la incógnita de la propuesta del estúpido conductor televisivo. Entonces el chico de 17 años le pregunta a su padre: "Qué nos ganamos, cuánto?, la esposa observa y espera la respuesta del rubio.
Hubo un silencio de diez segundos que hizo bajar a tierra a sus familiares y para esa altura, las esperanzas ya habían mermado. Pero, con más razón, seguían sin entender el llanto.
Entonces "el K" (espero que Clarín no haya registrado la letra) mira hacía abajo, sacude la melena blonda lentamente y les dice: "No, no, no. El que me llamó era Maradona y me convocó para jugar el próximo partido contra el seleccionado "B" de Somalía ".
--Una historia basada en la convocatoría del "pulguita" Rodriguez.--

No hay comentarios:

Publicar un comentario