De mono a Incrustáceo

jueves, 7 de mayo de 2009

Un triste despertar después de ver la evolución

Hoy volví de unos años adelante. Les voy a contar lo que ví:
En mi paseo por Egipto encontré a las pirámides, no se dan una idea de lo linda que están, ya dejaron de ser esas piedras insignificantes, ahora es un parque de diversiones lleno de montañas rusas en su interior, y además tienen un tren fantasmas con unos cuerpos encintados que te dan un miedo bárbaro. Pero eso no es todo, también encontré una sala para mayores que te encierran en algo que le dicen tumba y te proyectan imágenes de unas mujeres vestidas ridículamente, que poco a poco se van desvistiendo hasta quedarse desnuda en su totalidad.
Después pasé por el Mac Donlads de Nueva York, el más grande del mundo, un deleite. La gente se sentaba en la mesa sin una solo bandeja, porque lo que te vendían unos tubos, con varios motivos, (en mi caso elegí uno de Shrek 48) y estos dispositivos si apretabas un botón salía una maguerita que se te metía en la traquea para largarte poco a poco el liquido viscoso que te alimenta y nutre a la vez. ¿No es increíble? Ni siquiera tenés que agarrar con la mano ni ensuciarte la boca.
Como estaba cerca decidí y a ver la casa matriz de Google. Ah no, no no no. Es lo mejor que me pasó en la vida, millones de personas sentadas frente a una pared blanca sin ningún papel alrededor. Solamente gozaban de un aparatito, muy parecido a lo que se llama pen drive, enchufado al parietal derecho y con unos anteojos de vidrios negros. Todos estaban desnudos porque ese es el lema de la compañía “aquí se viene a trabajar como quiere”. Lo más loco es que en su tiempo de descanso lo único que tienen que hacer es dar vuelta la silla y ponerse otros anteojos, unos con vidrios rojos, osea no se mueven en todo el día, es buenísimo. Aparte no hay árboles ni nada de eso, simplemente en el núcleo del edificio hay un aparato gigante que tiene cables por todos lados y castiga a quienes no están trabajando.
Ah, y la Estatua de la libertad cobró vida. Ahora ella se encarga de decidir quien entra y sale de su país. Me contaron que insertaron en ellas los genes del aparato republicano de los años 1900 hasta el 2500. Si bien no sale de su lugar porque puede haber un conflicto internacional, ella se mueve para bajar, de un manotazo con llamas, a los barcos voladores que tratan de entrar a Estados unidos sin la Visa electrón.
Como ya estaba medio cansado volví a Latinlandia y pasé por las ruinas de Machu Pichu, cuando llegué lo primero que pensé es por fin le dieron utilidad a estas piedras. Hayyyyy, estaban tan lindas, toda alfombrada con cuero de cazadores africanos, una hermosura, y eran parte del Village cinema. Las películas tardaban un montón, pero como te dan los tubos de Mac y los asientos tienen otra manguera que se te inserta en la cola, no hace falta que te muevas. El estreno de ese momento era: “El curioso caso del Hombre de 2000”, una comedía que se ríe de la vida miserable que llevamos nosotros, tardaba cinco días la peli.
Pero como ya había visto muchos cambios, no me animé a pasar por Argentina y decidí despertarme de este lindo sueño que tuve para ser parte nuevamente del letargo social actual.
Dedicado a quienes creen que la revolución esta en los teclados y no en su cabeza.